29/6/10

Venganza de un final escrito

No existía persona que no esté enterada. Era la noticia de último momento que abarcaba todos los periódicos y noticieros del país…
El reconocido escritor Sergio Pasarelli, autor de tantas exitosas novelas policiales fue asesinado el pasado martes cuatro de mayo. La policía sigue investigando el caso, pero todavía se desconoce la identidad del presunto asesino.
Según la recopilación de datos, podemos describir el día del hecho de la siguiente manera:
Su mañana había comenzado temprano. Siete y cuarto de la mañana dice la vecina haber oído los golpes del despertador siendo arrojado contra la pared que tenían en común (quizás ese sea el motivo por el cual Sergio tenga un gasto fijo de $200 mensuales en compra de despertadores)… Nunca lograba amanecer sin violentarse al escuchar sonar uno, pero por miedo a no cumplir con sus responsabilidades todas las noches programaba uno diferente, a pesar de saber que al día siguiente se encontraría roto en el piso de su habitación.
Se encontraron tazas de café sucias en su cocina, además de las pilas de crucigramas realizados encima de la tapa del inodoro –otra de sus manías inexplicables-
Hasta las dos de la tarde estuvo reunido con agentes de la editorial (quienes fueron citados a declarar) terminando de acordar unos arreglos para la publicación de su próxima novela. En consecuencia almorzó tarde ese día.
Siguiendo reformulando los hechos, antes de entrar a la Feria del Libro, había estado contestando algunas preguntas a la prensa, solo aquellos que no habían logrado ingresar para presenciar su conferencia.
Una vez llegada la misma, niños y adultos escribían sus preguntas en tarjetas, para luego ser contestadas por el señor Pasarelli. Y aquí nos detenemos puntualmente, ya que una de esas tarjetas ha estado siendo analizada por grafólogos y psicoanalistas… llenas de preguntas, unas entretachadas con otras de forma agresiva, tanta que el papel llego al extremo de romperse en un extremo. Estas curiosas preguntas, le cuestionaban al autor los motivos del final de una de sus novelas, mencionando varias veces el nombre de uno de los personajes, quien muere al final de la misma.
Entre los posibles responsables de la muerte de Pasarelli se encuentran el escritor de esta tarjeta –cuya identidad es aún desconocida-, un viejo enemigo del barrio en épocas de juventud del escritor, y finalmente como último y posible culpable el marido de su hermanastra, con quien tenían algunas diferencias por viejas deudas y acuerdos de pertenencia de unos terrenos en el campo.
El cuerpo fue hallado en su auto estacionado en los lagos de Palermo. Contando con las pericias realizadas se estima que la hora del asesinato rondó cerca de las siete y media pasadas de la tarde –ya de noche en llegadas del otoño-. Pero hay varias incógnitas que se siguen analizando, por ejemplo: ¿por qué se llevó a la víctima hasta los lagos si no fue arrojada al agua? O quizás lo más relevante de esta noticia, que preferí no revelar hasta ahora…: Hojas y hojas de un libro recortado se encontraban esparcidas por todo el interior del vehículo, cortadas en trozos sobre el cadáver formando una superposición de los mismos –una especia de bricolage- aunque parezca sin escrúpulos decirlo de tal forma. & debajo de las cientos de hojas que cubrían el cuerpo se halló el origen de la herida causante de la muerte… Puñaladas y tajazos fueron hechos en el pecho con una simple tijera con la cual se parece haber cortado algunos de los papeles también.
Y sobre la cabeza del señor Pasarelli se halló cocida la última página de una de sus novelas policiales, donde se revelaba el final de la misma tras el asesinato de uno de los personajes.
El caso sigue sin resolverse, pero insistiré con mi teoría ante la justicia. Aunque sea lo último que haga.


Columna semanal diario “El misterio”
7 de mayo 2010
Por Darío Guzmán.


El periodista Darío Guzmán fue reconocido por el ministerio de justicia con un premio, debido a la resolución del crimen del autor Sergio Pasarelli, asesinado el cuatro de mayo pasado por una mujer de vida liviana cuyos únicos motivos aparentes eran los disgustos del final de una novela escrita por el difunto.
La culpable fue declarada inimputable por trastornos psiquiátricos permaneciendo internada en el establecimiento Moyano.
Por cierto, la misma que escribió las tarjetas con preguntas en la conferencia de la Feria del Libro… la única duda que queda por resolver es aquella pregunta que se hacen todos ¿por qué motivo se encontraba Sergio Pasarelli en los lagos de Palermo? A pesar de los méritos, el periodista Guzmán sigue investigando.